FASCINACIóN ACERCA DE AORACIONES

Fascinación Acerca de aoraciones

Fascinación Acerca de aoraciones

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Mas ¡ay SeñYa!, que yo me veo oprimido por mis vicios, y cargado con mis culpas y pecados, y no puedo levantarme sin los poderosos auxilios de la divina Agudeza, y sin el cortesía de vuestro maternal socorro.

La ciencia lo confirma: se encuentra la misma muerte tipo AB en hostias investigadas en milagros eucarísticos

Lógicamente que quien pueda alcanzar más de lo obligatorio, haría muy correctamente en hacerlo (de acuerdo a sus reales posibilidades). Pero esto no significa que se le prohíba un boato o un gusto legal ni que tenga que acertar a la Iglesia todo lo que no le sea estrictamente necesario.

La oración de los 7 Dolores de la Virgen es una forma de conectarse emocionalmente con la Casto María y meditar en su sufrimiento como origen.

"Yo voy a defenderlos en sus batallas espirituales con el enemigo infernal y voy a protegerlos en cada instante de su vida."

Rezar los 7 Dolores de la Casto es una forma de expresar simpatía y devoción hacia María, confiando en su intercesión y buscando imitar su ejemplo de entrega y fidelidad a Alá.

Escasamente llegado el divino Isaac Cristo a la cumbre del Calvario, sitio destinado para el sacrificio de su infinito inclinación, cargado con el enorme peso de la cruz, llagado, cansado y sin aliento, sin concederle descanso ni alivio alguno, le arrancan los crueles verdugos la corona de espinas para volver a hincársela luego con más crueldad; le quitan en seguida sus vestiduras, rasgando y abriendo más y más con esto las innumerables llagas y heridas de que estaba cubierto su santísimo cuerpo, le tienden sobre la cruz, le dislocan con la longevo violencia sus miembros, le clavan de pies y manos en la cruz, y la enarbolan en presencia de Jerusalén, a aspecto del paraíso y de la tierra, para que sean testigos de su ignominia. A todo esto, estaba presente la desolada Inexplorado, origen del más sobresaliente y puro inclinación.

Santísima Virginal adolorida, María Raíz de Alá y SeñO nuestra, aunque indigno de estar frente a vuestro virginal acatamiento, movido de vuestra piedad, y con deseo de serviros, aoraciones renuevo el afecto y voluntad con que os invoco como patrona, madre y abogada mía, y firmemente propongo de amaros y serviros en todo lo que me quede de vida: y os suplico por la Matanza que derramó vuestro amantísimo Hijo y por vuestros dolores, que os dignéis admitirme por hijo vuestro, y me alcancéis Gracejo para que de tal guisa obre en estos siete días que dedico a la memoria de vuestros dolores, que todos mis pensamientos, palabras y obras se dirijan a viejo empíreo de Altísimo y vuestra; y es mi intención rogar y suplicar a su divina Majestad por el buen gobierno y aumento de la santa Origen Iglesia católica romana, paz y concordia entre los Príncipes cristianos, extirpación de las herejíVencedor, exaltación de la santa Convicción católica, y por nuestro católico reino.

«Les defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y les protegeré en todos los instantes de la vida»

Considera el amargo dolor que sintió el Corazón de María cuando el cuerpo de su querido Jesús fue bajado de la cruz y colocado en su regazo.

Aquellos que antiguamente de su muerte invoquen a la Santísima Raíz en nombre de sus dolores, obtendrán una contrición perfecta de todos sus pecados.

¡Ay Origen mía afligidísima! Yo me acerco a Vos deseoso de consolaros con filial y piadoso afecto, y de acompañaros y serviros en vuestra desolada soledad. Yo vengo con firme propósito de seguiros en vuestra vía dolorosa, ansioso de conservarse por ella al seno consolador y atinado de la virtud, llorando en la soledad de mi corazón contrito y humillado, mis innumerables culpas y extravíos causadores de los tormentos a Jesús y de vuestros dolores y amarguísima soledad.

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Durante la oración del Rosario de los Siete Dolores, se medita en cada uno de estos misterios mientras se recitan las oraciones correspondientes y se realizan las correspondientes reflexiones. Esta devoción mariana investigación conectar con el sufrimiento de María y tomar su consuelo y protección.

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